Los que afirmaban comer rápido y hasta sentirse llenos tenían un índice de masa corporal (IMC) e ingesta energética total más altos, y tenían tres veces más probabilidades de tener sobrepeso que los que no comían hasta sentirse llenos y no comían rápidamente. El estudio, publicado en línea en la edición del 22 de octubre de la revista British Medical Journal, muestra que comer rápidamente y hasta sentirse lleno tiene "un efecto supraaditivo en el sobrepeso", concluyeron el profesor Hiroyasu Iso, de la Universidad de Osaka, y sus colegas.
Hasta hace poco, la mayoría de los adultos no tenía la oportunidad de consumir suficiente energía para permitir al organismo almacenar grasa, según la información de respaldo del estudio. Pero las conductas alimentarias han cambiado debido a una mayor disponibilidad de alimentos baratos en mayores porciones, la comida rápida, menos familias que comen juntas, y comer mientras se está distraído (como viendo televisión). Los hallazgos del estudio ilustran cómo los patrones actuales de alimentación de muchos países pueden tener que ver con la epidemia de obesidad, escribieron en un editorial acompañante Elizabeth Denney-Wilson, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, y Karen Campbell, de la Universidad de Deakin, ambas en Australia.
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