"Darle un sentido trascendente a nuestra vida hará que valga la pena cada pequeño o gran esfuerzo dirigido a conseguir el bienestar"
Hemos sido programados para vivir ocupados la mayor parte del tiempo hasta el punto que si ya cumplimos con el trabajo, los compromisos o las responsabilidades que teníamos, la mente se encarga de crear nuevas tareas pendientes por cumplir, llevándonos a sacrificar el poco tiempo libre que tenemos.
Para muchas personas la vida es, simplemente, una experiencia para satisfacer una serie de necesidades básicas, conseguir algunas metas materiales y alcanzar un cierto estatus social… por eso se dedican a construir un espacio de confort y seguridad material, sacrificando otros aspectos de la vida que pueden ser más importantes para ellos y sus seres queridos.
Generalmente, en el medio de una rutina cargada, la costumbre va llenando todos los espacios vacíos de nuestra vida, haciendo que perdamos la capacidad de reconocer y valorar todos los elementos que, en realidad, le dan calidad a nuestros días. Esto nos sucede con nuestras personas queridas.
Nos sentimos maravillados de su presencia en nuestra vida, pero en algún momento dejamos de prestarles la atención debida; así mismo, la rutina y los asuntos pendientes hacen que nuestra relación de pareja se vaya enfriando -se pierden los detalles, las frases y los gestos amables, olvidamos los sueños en común, y llega un momento en que sólo compartimos obligaciones y responsabilidades. Pareciera que perdemos el interés y la capacidad de apreciar todas las cosas bellas y especiales que ocurren a diario en la medida en que aparecen nuevas metas por alcanzar.
Vale la pena que revisemos nuestro estilo de vida, y nos preguntemos: ¿Qué podemos hacer para transformarlo y ganar el tiempo de calidad que nos permita disfrutar más de las cosas pequeñas pero esenciales de la vida?
Darle un sentido trascendente a nuestra vida hará que valga la pena cada pequeño o gran esfuerzo dirigido a conseguir el bienestar, la tranquilidad y la libertad esencial que nos lleven a ser auténticos, seguros y determinados para disfrutar más la vida y compartir lo mejor de cada uno de nosotros con las demás personas.
Para muchas personas la vida es, simplemente, una experiencia para satisfacer una serie de necesidades básicas, conseguir algunas metas materiales y alcanzar un cierto estatus social… por eso se dedican a construir un espacio de confort y seguridad material, sacrificando otros aspectos de la vida que pueden ser más importantes para ellos y sus seres queridos.
Generalmente, en el medio de una rutina cargada, la costumbre va llenando todos los espacios vacíos de nuestra vida, haciendo que perdamos la capacidad de reconocer y valorar todos los elementos que, en realidad, le dan calidad a nuestros días. Esto nos sucede con nuestras personas queridas.
Nos sentimos maravillados de su presencia en nuestra vida, pero en algún momento dejamos de prestarles la atención debida; así mismo, la rutina y los asuntos pendientes hacen que nuestra relación de pareja se vaya enfriando -se pierden los detalles, las frases y los gestos amables, olvidamos los sueños en común, y llega un momento en que sólo compartimos obligaciones y responsabilidades. Pareciera que perdemos el interés y la capacidad de apreciar todas las cosas bellas y especiales que ocurren a diario en la medida en que aparecen nuevas metas por alcanzar.
Vale la pena que revisemos nuestro estilo de vida, y nos preguntemos: ¿Qué podemos hacer para transformarlo y ganar el tiempo de calidad que nos permita disfrutar más de las cosas pequeñas pero esenciales de la vida?
Darle un sentido trascendente a nuestra vida hará que valga la pena cada pequeño o gran esfuerzo dirigido a conseguir el bienestar, la tranquilidad y la libertad esencial que nos lleven a ser auténticos, seguros y determinados para disfrutar más la vida y compartir lo mejor de cada uno de nosotros con las demás personas.
"Los vacíos internos no se llenan con cosas costosas, sino con pensamientos positivos, sentimientos puros y experiencia enriquecedoras"
La mayoría de las personas permanecen atrapadas y enredadas en una búsqueda compulsiva de metas materiales, desperdiciando, así, parte del tiempo y de la energía necesarios para profundizar en el desarrollo de su vida afectiva y espiritual. Muy tarde se dan cuenta de que debieron aportar más a sus relaciones personales para fortalecer el vínculo de amistad y de familia que las unen a sus seres queridos. Los vacíos internos no se llenan con cosas costosas, sino con pensamientos positivos, sentimientos puros y experiencias enriquecedoras.
Hoy puede ser el primer día del resto de tu vida si decides hacer los cambios necesarios en tu actitud y rutina de vida.
Jackie....
Hoy puede ser el primer día del resto de tu vida si decides hacer los cambios necesarios en tu actitud y rutina de vida.
Jackie....
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