Mientras más tiempo pasamos solos, más exigentes nos volvemos al momento de incluir otra persona en nuestra vida. Hay personas exigentes, que tienen una especie de lista de chequeo, donde están anotadas aquellas características, actitudes y condiciones ideales con las que debería cumplir una nueva pareja.
Hay otros que se sienten cansados, y que están menos dispuestos a compartir y a dar lo mejor de sí mismos, porque consideran que ya dieron lo suficiente en relaciones anteriores. Por eso, en este momento, deben esperar por una persona que venga sólo a darles, para que ellos puedan recibir sin moverse de su sitio de comodidad y seguridad. ¿Pero será esto posible?
Tienes derecho a la felicidad, y a experimentar el gozo de sentirte libre de elegir cómo vas a vivir el resto de tus días, y si estás solo, puedes decidir con quien vas a compartirlos. Pero, como estamos acostumbrados a ver a los demás y a interpretar su comportamiento, muchas veces sabemos más de ellos, que de nosotros mismos.
Comienza por observarte, como si quisieras conocerte realmente y descubrir cuál es la imagen que proyectas. De esta manera podrás hacer los ajustes necesarios en tu actitud y actuación, para convertirte en un mejor ser humano y en la causa que atraiga hacia ti a una mejor persona.
Convivir en pareja implica que estamos dispuestos a compartir nuestro espacio vital con una persona por la que sentimos amor, respeto, admiración, pasión y afinidad.
Independientemente de la calidad de las relaciones que hayas tenido y de lo que hayas experimentado en ellas, una nueva relación implica tener el mismo nivel de amor, entrega, compromiso e ilusión que tuvimos todas las veces anteriores. El amor no nos puede conseguir cansados de sentirlo y de compartirlo, pues, así, sólo lograremos que se nos escape como el agua entre los dedos.
Si estás solo sentimentalmente o te encuentras en el umbral de comenzar una nueva relación, te sugiero que sacudas de ti todo rastro negativo que haya dejado cualquier experiencia anterior, y que te dispongas con madurez, responsabilidad, y con un gran niño interior, a recibir de nuevo y ojalá que para siempre al amor.
No podemos esperar a que una nueva persona llegue y se quede en un rinconcito de nuestra vida, porque así lo decidamos para protegernos de lo que otros nos hicieron. Esta persona se merece lo mejor de nosotros porque está dispuesta a darnos lo mejor de sí.
Para darte otra oportunidad
Deja de buscar. Ocúpate de trabajar en ti mismo, para convertirte en un mejor ser humano. Tu felicidad depende de ti y sólo podrás experimentarla si logras sentirte a gusto contigo mismo. Cuando menos lo esperes, el amor tocará a tu puerta.
Abrete al amor. Muchas veces dices que estás listo para una nueva pareja, pero en realidad tienes miedo o no estás del todo dispuesto. Vale la pena que lo asumas, porque sólo si estás abierto en verdad, podrás recibirlo.
Muéstrate dispuesto a compartir. No seas celoso de tus posesiones o de tu espacio personal, permítele a la otra persona que forme parte de él y comparte todo lo tuyo sin temor.
No tengas miedo al fracaso. Muchas veces el temor a que se termine la nueva relación hace que tengas actitudes negativas que contribuyen a alejar a esa persona especial de tu vida. Vive el momento y deja que el día a día defina cuanto va a durar.
No busques una pareja perfecta, busca a una persona que sienta el mismo amor, compromiso y entrega que tú.
Jackie : )
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