domingo, 17 de octubre de 2010

Aprende a enfrentar mejor las crisis

Las crisis sirven para descubrir nuevas capacidades que nos permitan aprender a afrontar la vida desde otra perspectiva y con una actitud diferente y positiva.

Es más fácil superar las crisis cuando podemos apoyarnos en nosotros mismos, si nos sentimos suficientemente fuertes, capaces y seguros de poder hacerlo, o cuando podemos contar con el apoyo de aquellas personas que, por su experiencia, conocimiento o buen sentimiento hacia nosotros, pueden ayudarnos.

Para algunas personas, lo que viene después de la crisis se torna muy difícil de manejar, pues la pérdida del control o de la estabilidad que tenían les produce una sensación de indefensión y de inseguridad que los lleva a ver la vida con un gran pesimismo frente al futuro, influenciados por el temor de que les vuelva a suceder o de que no puedan superarla completamente, hasta el punto en que la ansiedad hace que con su actitud terminen agravando la situación.


Hay momentos en la vida en los que sentimos que el mundo que construimos con tanto esfuerzo se nos cae a pedazos y perdemos temporalmente el rumbo y la dirección que llevábamos, se desequilibra nuestra manera de vivir y hasta se confunde nuestra identidad.


Todo cambio, sea triste o feliz, requiere practicar el desprendimiento, desarrollar la capacidad de dejar atrás, para comenzar una nueva etapa de la vida. A través de estos procesos difíciles y, a veces, dolorosos, podemos aprender, crecer, ajustar nuestra visión e interpretación acerca de la vida y alcanzar la madurez emocional.

Lo importante es que sepamos que podemos superar las crisis, y buscarles la cara positiva que nos facilite reconocer y superar las pérdidas, relativizar lo que teníamos, aceptar los cambios y sacarle el mejor provecho a la experiencia, sin sentirnos víctimas forzadas a sufrir indefinidamente la situación.

Aprende a vivir suavemente, tomando lo mejor que te ofrezca cada experiencia y desechando todo

lo negativo. Elévate por encima del temor y el pesimismo. Recuerda que puedes elegir sentirte bien contigo mismo, con lo que tienes y con las personas que te acompañan a vivir.

Claves para superarlas
AFRONTAR LA SITUACIÓN. Ante cualquier evento, por más difícil que éste sea, no huyas, enfréntalo y haz cuanto sea necesario para resolverlo. La negación o la evasión son malas opciones cuando se ha sufrido una desgracia, pues sólo agravarán la situación.

SUPERAR EL MIEDO. Es bueno comprobar con la experiencia que el peligro real no es tan grande como lo imaginamos. Llénate de valor para enfrentar la situación, pregúntate: ¿Qué es lo peor que puede pasar? Y prepárate para resolverlo, luego, confía y espera lo mejor.

EVITAR PROFUNDIZAR EN LAS IDEAS NEGATIVAS. Nada es tan grave como parece a primera vista. Minimiza lo negativo y pondera lo positivo. Está en nuestra naturaleza pensar siempre en lo peor, tenemos la tendencia a ser dramáticos, así que quítale color a la situación y así será más fácil resolverla.

ACEPTAR LO SUCEDIDO. La vida continúa, aprende a vivir el momento, no pienses en el futuro, no te presiones más dándole vueltas en la cabeza a lo sucedido o a lo que pudiste hacer para evitarlo. ¡Acepta lo que no puedes cambiar! No te sientas culpable, aunque hayas cometido errores, pasa la página con valor y comienza de nuevo.

BUSCAR AYUDA. Busca ayuda en tu pareja, en la familia o en los amigos, desahógate, pide apoyo moral, no te aísles, anímate a compartir tu pena, no sabes lo saludable que es hablar de lo que sientes. Recuerda que somos parte de algo más grande, y que al sentirnos protegidos podemos ver nuestros problemas más pequeños.

REFORZAR LA ESTIMA. En lugar de sentirte víctima de los demás o de las circunstancias asume la responsabilidad de cada cosa que te pase o hagas. Analiza las razones por las que pasó y haz los cambios necesarios para resolverlas y aprender de cada experiencia. Valórate más para que puedas ganar fortaleza y seguridad. Cambia los pensamientos negativos que tienes acerca de ti, respétate y confía en tu capacidad de asumir nuevos retos.

HACER EJERCICIO. Esto te distraerá de ti mismo y de tus problemas. Corre, haz ejercicio o simplemente baila, esto te ayudará a sentirte mejor físicamente y mejorará tu bienestar emocional, al liberar la ansiedad y las emociones que tienes guardadas adentro. Una simple caminata al aire libre es especialmente balsámica.

PASAR LA PÁGINA. Tómate el tiempo necesario para liberar la tensión o la preocupación que te produce la situación. Llora tu pérdida, después de todo somos humanos y aunque no es bueno refugiarse en la auto compasión, a veces es necesario sumergirnos por un rato en el despecho, en la tristeza o en la rabia, para vivir intensamente el duelo, pasar la página y salir adelante.

SACAR LO MEJOR DE LA EXPERIENCIA. Nada es casual, a pesar de lo dura o injusta que pueda parecer una situación, no te dejes abatir por ella, no pierdas de vista todos los elementos positivos, aunque sean pequeños, que pueden estar presentes en esta situación, y apóyate en ellos para reunir fortaleza y ánimo para atravesar por la situación con más facilidad y determinación.

ESTAR DISPUESTOS A VOLVER A EMPEZAR. Volver a comenzar significa conservar aquellos elementos de nuestra rutina de vida que son favorables para nuestro bienestar, crecimiento y equilibrio personal, y estar dispuestos a cambiar aquellos que han traído el dolor, la confusión y el estancamiento a nuestra vida. Recordemos que todo pasa y que siempre podemos volver a comenzar.

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