"En lugar de ver al otro para juzgar desde afuera su comportamiento, actitudes y elecciones de vida, concentremos nuestra atención en observarnos y transformarnos a nosotros mismos"
En estos días reflexionaba acerca de que somos el producto de todo lo que hemos elegido, aprendido o repetido a lo largo de nuestra vida. Y que si bien no podemos cambiar lo que hicimos, sí podemos aceptar los errores que cometimos, verlos como parte de nuestro aprendizaje y concentrarnos en hacer las cosas de una manera distinta. Tenemos que vivir las consecuencias, los efectos o el resultado de todo lo que hemos hecho en algún momento, aunque pensemos que lo hicimos sin darnos cuenta, presionados por las circunstancias, por otros o por nuestra inmadurez e ignorancia.
Por eso, en lugar de ver a otros para juzgar desde afuera sus comportamientos, actitudes y elecciones de vida, pretendiendo actuar como jueces, maestros o responsables de sus vidas, concentremos nuestra atención en observarnos y transformarnos a nosotros mismos.
Los demás son un espejo que te refleja cuando te ves afectado por sus actitudes, comentarios y comportamientos. En lugar de rechazarlos, desear que sean distintos o hacerlos culpables de tu malestar, deberías preguntarte: ¿Cuánto de todo eso que veo en el otro, existe dentro de mí? Porque no es la otra persona, con su forma de ser y de actuar, quien genera esa clase de sentimientos y pensamientos en tu interior... ya estaban dentro de ti, y por eso te hicieron reaccionar.
Por eso, en lugar de ver a otros para juzgar desde afuera sus comportamientos, actitudes y elecciones de vida, pretendiendo actuar como jueces, maestros o responsables de sus vidas, concentremos nuestra atención en observarnos y transformarnos a nosotros mismos.
Los demás son un espejo que te refleja cuando te ves afectado por sus actitudes, comentarios y comportamientos. En lugar de rechazarlos, desear que sean distintos o hacerlos culpables de tu malestar, deberías preguntarte: ¿Cuánto de todo eso que veo en el otro, existe dentro de mí? Porque no es la otra persona, con su forma de ser y de actuar, quien genera esa clase de sentimientos y pensamientos en tu interior... ya estaban dentro de ti, y por eso te hicieron reaccionar.
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