La felicidad no es un cuento, la felicidad existe, muchas veces se confunde con la alegría o con el gozo, pero es un estado psicológico que va más allá de la dicha o la tristeza y que tiene que ver con el equilibrio; muchas mujeres recalcan que el dinero, el amor y la estabilidad hacen la felicidad, pero no del todo, la salud es lo elemental para una vida plena.
Los científicos afirman, que la clave que hace feliz a las mujeres en su desarrollo personal, radica en desarrollar los talentos que poseen, encontrar y hacer lo que se da bien, cultivando y alimentando las relaciones interpersonales. La amistad es una de las mayores fuentes de sentimientos positivos que existe. Aunque cueste creerlo, la capacidad de ser feliz depende también en un 50% de la genética (los embriones que se ríen en el vientre de su madre, de hecho suelen sonreír al nacer y ser más alegres), esto determina la respuesta a los estímulos, y el otro 50% se encuentra de la mano de cada persona.
Cuando una mujer desea alcanzar sus propias metas, muchas veces ha de ser egoísta con ella misma, por lo que tiene que aprender a realizarse en las relaciones personales sin socavar sus sueños profesionales. Para ellas, la relación con otros es la mayor fuente de felicidad.
Según indican las encuestas, los acontecimientos que muchas viven con mayor ilusión, es el presenciar el nacimiento de un hijo, su boda y el tiempo compartido con la familia. Y sus principales fuentes de satisfacción son la familia, el amor, la estabilidad económica y los verdaderos amigos.
También se determina que las mujeres experimentan con más intensidad todas las emociones, excepto la ira. Se deprimen mucho más que los hombres, pero tienen sentimientos positivos con más asiduidad y fuerza. Los psicólogos defienden que ambos sexos tienen formas distintas de transmitir e interpretar las emociones, pero en sí las mujeres expresan lo que sienten mediante palabras, mientras que los hombres reprimen sus emociones o las exteriorizan en forma de comportamientos agresivos.
A pesar de tantas diferencias, las causas internas que pueden desviar la felicidad, son las mismas para ambos géneros: la tendencia a idealizar objetos y personas; los prejuicios contra uno mismo que distorsionan la realidad (masoquismo y autoexigencia); la pérdida del control de los impulsos, el vaivén de los influjos hormonales, y, sobre todo, el empeño del no aceptar que la felicidad es efímera, sin obviar que el amor es el mejor fondo de inversiones para aumentar la dicha de la felicidad, son los mejores elementos para no caer en depresiones dañinas a la autoestima personal.
La vida a veces es dura y difícil para las mujeres, con los seres que les rodea, pero si la vive de manera tal que las emociones y sus sentimientos sean compartidos, uniendo entre sí ese núcleo familiar, abrazando las tristezas y compartiendo lo poco o mucho que llegue al hogar en completa armonía, incluyendo la fe en medio del hogar como pilar fuerte de esa casa amada, tan propia, entonces sabrá que la felicidad sí está presente con ella.
Así que si eres mujer, ha llegado el momento de que te regales esa dosis de felicidad que te llene plenamente y que tanto necesitas, para que cada día más, sientas satisfacción y alegría al inicio de un nuevo amanecer de tu vida.
Cuando una mujer desea alcanzar sus propias metas, muchas veces ha de ser egoísta con ella misma, por lo que tiene que aprender a realizarse en las relaciones personales sin socavar sus sueños profesionales. Para ellas, la relación con otros es la mayor fuente de felicidad.
Según indican las encuestas, los acontecimientos que muchas viven con mayor ilusión, es el presenciar el nacimiento de un hijo, su boda y el tiempo compartido con la familia. Y sus principales fuentes de satisfacción son la familia, el amor, la estabilidad económica y los verdaderos amigos.
También se determina que las mujeres experimentan con más intensidad todas las emociones, excepto la ira. Se deprimen mucho más que los hombres, pero tienen sentimientos positivos con más asiduidad y fuerza. Los psicólogos defienden que ambos sexos tienen formas distintas de transmitir e interpretar las emociones, pero en sí las mujeres expresan lo que sienten mediante palabras, mientras que los hombres reprimen sus emociones o las exteriorizan en forma de comportamientos agresivos.
A pesar de tantas diferencias, las causas internas que pueden desviar la felicidad, son las mismas para ambos géneros: la tendencia a idealizar objetos y personas; los prejuicios contra uno mismo que distorsionan la realidad (masoquismo y autoexigencia); la pérdida del control de los impulsos, el vaivén de los influjos hormonales, y, sobre todo, el empeño del no aceptar que la felicidad es efímera, sin obviar que el amor es el mejor fondo de inversiones para aumentar la dicha de la felicidad, son los mejores elementos para no caer en depresiones dañinas a la autoestima personal.
La vida a veces es dura y difícil para las mujeres, con los seres que les rodea, pero si la vive de manera tal que las emociones y sus sentimientos sean compartidos, uniendo entre sí ese núcleo familiar, abrazando las tristezas y compartiendo lo poco o mucho que llegue al hogar en completa armonía, incluyendo la fe en medio del hogar como pilar fuerte de esa casa amada, tan propia, entonces sabrá que la felicidad sí está presente con ella.
Así que si eres mujer, ha llegado el momento de que te regales esa dosis de felicidad que te llene plenamente y que tanto necesitas, para que cada día más, sientas satisfacción y alegría al inicio de un nuevo amanecer de tu vida.
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