Las lágrimas tienen la función de humectar la superficie del ojo, pero también lo protegen de infecciones y agentes externos; por ello, el lagrimeo abundante debe interpretarse como síntoma de que algo está dañando al globo ocular y que requiere atención.
Los médicos le llaman epífora, y es la producción excesiva de lágrimas en uno o ambos ojos; no es una enfermedad, sino un síntoma que aunque puede ser transitorio también suele manifestar la presencia de alergia, infección, enfermedades del globo ocular u objeto extraño en el ojo, por ejemplo.
Aunque esta condición se puede presentar a cualquier edad, llega a ser muy frecuente en ancianos, debido a que su sistema inmunológico (que protege al organismo del ataque de elementos extraños) es más débil que el de los adultos más jóvenes.
Ante todo, es importante conocer los factores que generan este síntoma para tener conciencia de que los ojos llorosos son un aviso del organismo, que de esta manera nos dice que tenemos hábitos indebidos o un problema de salud que necesita atención.
ContaminaciónEn el aire de las ciudades se encuentran suspendidas gran cantidad de partículas y moléculas que ocasionan problemas respiratorios y ojos llorosos incluso en personas sanas. Aunque el riesgo de sufrir irritación depende de los niveles de contaminantes, suele generar más estragos durante la práctica de ejercicio o cuando se realizan actividades a la intemperie.
Además, hay individuos que por sus características son más propensos a sufrir epífora a causa de contaminación, como personas de la tercera edad y niños, debido a que su resistencia a las condiciones ambientales adversas es menor.
En este caso, los problemas de ojos llorosos disminuyen al evitar las actividades en el exterior cuando los niveles de contaminación son muy elevados; igualmente proporciona alivio la aplicación de lágrimas artificiales y colirios que ayudan a enjuagar los globos oculares, así como la limpieza periódica con soluciones oftálmicas creadas para este fin. Por supuesto, debe darse descanso a los ojos, durmiendo las horas adecuadas.
Objeto extrañoLos cuerpos extraños que se introducen en los ojos (polvo, astillas, arena o una pestaña) generalmente se retiran solos mediante el lagrimeo; nunca se debe tallar el ojo, y en aquellos casos en que no se presente mejoría puede procederse de la siguiente manera:
Se localiza el agente extraño colocando el rostro del afectado hacia la luz, mientras se separan sus párpados con los dedos índice y pulgar.
Se pide al paciente que mire a la izquierda, derecha, arriba y abajo, hasta localizar el objeto.
Se inclina la cabeza hacia el costado del ojo afectado, mientras aplica una solución oftálmica (lubricante o lagrimas artificiales). En tanto, la persona afectada deberá parpadear, sin frotar el ojo.
Si esto no da resultado, puede usar la punta de una gasa o pañuelo y tocar suavemente el objeto hasta adherirlo.
Cuando es imposible retirar el objeto alojado en el ojo, debe taparse y acudir al oftalmólogo; nunca intente extraer un objeto que esté incrustado en el ojo (astilla, papel, madera o lente de contacto), porque podría causar daño irreparable al tratar de sacarlo.
Conjuntivitis bacterianaSe trata de la inflamación de la membrana transparente que recubre y protege parte del globo ocular y la porción interna de los párpados, llamada conjuntiva, y que contiene pequeños vasos sanguíneos que se ven como delgadas líneas rojas localizadas sobre la esclerótica o parte blanca del ojo.
Cuando este problema es ocasionado por bacterias (estafilococos o estreptococos) se presenta lagrimeo constante, enrojecimiento del globo ocular, comezón y secreción amarillenta que adhiere a los párpados al momento de despertar; generalmente afecta a ambos ojos y puede transmitirse fácilmente al rascarse o limpiarse con toallas, pañuelos o almohadas de uso común en una familia.
Este problema responde favorablemente con el uso de gotas o pomadas antibióticas de uso local, recetadas por un oftalmólogo, y sólo en casos aislados se recurre a medicamentos orales; también es importante mantener buena higiene de ojos para eliminar la secreción, y asistir oportunamente a tratamiento para evitar que el padecimiento se extienda a córnea, párpados o vías lagrimales.
AlergiaSe trata de una reacción de defensa excesiva del organismo a elementos (alergenos) que no causan problemas a la mayoría de las personas. Entre los elementos que desencadenan reacciones alérgicas con frecuencia se encuentran el polen de flores, moho, caspa de animales domésticos y ácaros (arácnidos diminutos) que habitan en el polvo.
En estos casos, una persona alérgica que entra en contacto con un elemento que su organismo rechaza (al acariciar a un perro o gato, o al oler flores) experimenta lagrimeo espontáneo e incontrolable que casi siempre se acompaña de estornudos frecuentes, flujo nasal y cosquilleo en nariz y garganta.
Para estas personas lo ideal es no volver a entrar en contacto con los elementos que le afectan de las siguientes formas:
Para evitar el polen se requiere estricto aseo personal para eliminar aquél que se adhiera a piel y vestimenta. También es útil mantener cerradas puertas y ventanas en días secos y con viento.
El moho se reduce quitando las plantas de casa, limpiando frecuentemente el cuarto de baño y los paredes húmedas, y retirando los recipientes de basura del interior del hogar.
En cuanto a las mascotas, éstas no podrán permanecer en casa o al menos se quedarán afuera. La caspa de perro o gato está en el polvo de la casa y toma cuatro semanas o más para eliminarse.
Para retirar al polvo se evitarán las cortinas de tela, almohadas de plumas, muebles tapizados, juguetes de peluche, edredones que no se puedan lavar y alfombras. La limpieza del hogar debe ser regular y con ayuda de una aspiradora con filtro eficiente.
Asimismo, el médico puede recomendar el uso de antihistamínicos, productos que ayudan a reducir los síntomas de alergia; si estos medicamentos no ofrecen resultados con la comezón y epífora, se recetarán gotas especiales que proporcionen alivio. En casos de reacciones muy agudas se puede recurrir a la aplicación de vacunas (tratamiento para inmunización) que contienen pequeña cantidad de alergenos, que bajo un plan establecido logran que el cuerpo se acostumbre a estos agentes y no reaccione ante ellos.
GlaucomaEsta enfermedad se caracteriza por el aumento de la presión de los fluidos internos del globo ocular, misma que genera lesiones irreversibles al nervio óptico y pérdida de la vista, la mayoría de las veces sin presentar síntomas. Sin embargo, hay ocasiones en que sí se dan algunos avisos, como en los llamados glaucoma de ángulo cerrado (GAC) y juvenil.
El GAC genera ataques súbitos de aumento de presión, casi siempre en un solo globo ocular, debido a que el espacio entre la córnea y el iris, por donde corren fluidos, es más estrecho de lo normal; el episodio se desencadena por una dilatación de la pupila, casi siempre por escasa iluminación, que cierra todavía más el espacio por donde circulan los humores. A continuación se presenta un dolor punzante en el ojo, hinchazón en el párpado y lagrimeo, así como náuseas y vómito, por lo que se llega a pensar que se trata de un trastorno del sistema digestivo.
Asimismo, el glaucoma juvenil o congénito aparece poco después del nacimiento y puede manifestarse en cualquier momento, sobre todo en hombres, a través de síntomas notables como lagrimeo, sensibilidad a la luz, agrandamiento del globo ocular y nubosidad en la córnea.
Todo paciente que sospeche de uno u otro tipo de glaucoma debe asistir al médico para recibir tratamiento con soluciones oftálmicas y, en casos extremos, será intervenido quirúrgicamente o con rayo láser para drenar los fluidos del ojo, a fin de disminuir la presión interna. El glaucoma no debe tomarse a la ligera, ya que es la segunda causa de ceguera en México.
Televisión y computadorasEl uso de monitores de televisión y computadora es ya común, pero al utilizarlos se corre el riesgo de sufrir algunas incomodidades, como epífora. Las molestias suelen disminuir con el uso de soluciones oftálmicas y lágrimas artificiales, pero también se pueden tomar medidas preventivas.
Así, los monitores se deben colocar en lugares donde no se reciban brillos molestos y debe mantenerse la cabeza erguida frente a estos aparatos para no generar cansancio; además, los controles de brillo, color y contraste deben ajustarse a las preferencias personales en relación con la luminosidad de la habitación, y se debe dejar descansar la visión cuando menos un par de minutos por hora.
Por supuesto que la limpieza de estos aparatos es fundamental, pues el polvo puede generar irritación en los ojos, así como dificultar la correcta definición de las imágenes.
Concretamente en el caso de la computadora, el usuario debe mantenerse a una distancia de 50 centímetros cuando menos y se recomienda que utilice filtros de pantalla o anteojos especiales para disminuir la emisión de radiación. Si emplea programas para procesar textos, deben preferirse aquellos tipos y tamaños de los caracteres que sean de fácil percepción.
Para observar la televisión se requiere una distancia mínima de 2.5 metros, y esta actividad se debe realizar, preferentemente, en áreas bien iluminadas, nunca a oscuras.
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