Los adultos muy hostiles son más propensos a tener bajo peso al nacer y durante la infancia que los adultos menos hostiles, indicó un estudio publicado en Psychosomatic Medicine.
La hostilidad está relacionada con el riesgo cardiovascular y mortalidad general, aunque se desconoce la causa, explicó el equipo dirigido por la doctora Katri Raikkonen, de la University of Helsinki, en Finlandia.
Los autores sugirieron que un origen común sería un desarrollo fetal y postnatal precoz insuficiente. El equipo estudió a 939 mujeres y a 740 hombres nacidos en Helsinki entre 1934 y 1944, a los que se les hizo una prueba llamada Escala de Hostilidad de Cook-Medley a una edad promedio de 63,4 años.
Luego, los autores estimaron los patrones de crecimiento desde el nacimiento, el bienestar infantil y los registros escolares. Con un examen físico, el equipo estimó el tamaño corporal en la edad adulta. Los participantes con niveles más altos de hostilidad habían nacido con peso bajo y un índice de masa corporal pequeño, como así también un aumento del peso corporal más lento desde el nacimiento hasta los seis meses de edad y en la niñez.
Pero, el equipo indicó que esos participantes eran adultos con sobrepeso. Las personas con niveles altos de hostilidad tendían también a ser más bajos durante el primer año de vida y en la edad adulta. El equipo destacó que este tipo de crecimiento se atribuía más a un aumento más lento de la estatura desde en los primeros seis meses de vida que a otros factores.
"Estas dos tendencias del crecimiento característicos en los hombres y las mujeres con altos niveles de hostilidad se comparan en gran parte con las tendencias que en nuestra cohorte describió a hombres y mujeres con problemas coronarios, accidente cerebrovascular o diabetes tipo II en la adultez", señaló el equipo. Los efectos no mostraron relación con el sexo, el nivel ocupacional paterno, la edad materna al momento del parto, la cantidad de hermanos, la lactancia o el nivel educativo en la edad adulta.
"Nuestros resultados sugieren que la hostilidad y la enfermedad cardiovascular compartirían un factor común de vulnerabilidad en la vida fetal y postnatal temprana", concluyeron los autores.
Los autores sugirieron que un origen común sería un desarrollo fetal y postnatal precoz insuficiente. El equipo estudió a 939 mujeres y a 740 hombres nacidos en Helsinki entre 1934 y 1944, a los que se les hizo una prueba llamada Escala de Hostilidad de Cook-Medley a una edad promedio de 63,4 años.
Luego, los autores estimaron los patrones de crecimiento desde el nacimiento, el bienestar infantil y los registros escolares. Con un examen físico, el equipo estimó el tamaño corporal en la edad adulta. Los participantes con niveles más altos de hostilidad habían nacido con peso bajo y un índice de masa corporal pequeño, como así también un aumento del peso corporal más lento desde el nacimiento hasta los seis meses de edad y en la niñez.
Pero, el equipo indicó que esos participantes eran adultos con sobrepeso. Las personas con niveles altos de hostilidad tendían también a ser más bajos durante el primer año de vida y en la edad adulta. El equipo destacó que este tipo de crecimiento se atribuía más a un aumento más lento de la estatura desde en los primeros seis meses de vida que a otros factores.
"Estas dos tendencias del crecimiento característicos en los hombres y las mujeres con altos niveles de hostilidad se comparan en gran parte con las tendencias que en nuestra cohorte describió a hombres y mujeres con problemas coronarios, accidente cerebrovascular o diabetes tipo II en la adultez", señaló el equipo. Los efectos no mostraron relación con el sexo, el nivel ocupacional paterno, la edad materna al momento del parto, la cantidad de hermanos, la lactancia o el nivel educativo en la edad adulta.
"Nuestros resultados sugieren que la hostilidad y la enfermedad cardiovascular compartirían un factor común de vulnerabilidad en la vida fetal y postnatal temprana", concluyeron los autores.
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