Lucas 5:21: Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a cavilar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?///Amar y perdonar, es manifestar el carácter de Dios en nuestros corazones. Qué difícil se hace para algunos perdonar... Gente que esporádicamente suele verse presa por malos recuerdos y de un pasado que no se puede alterar. Cada día son mas los esclavos de tantas raíces de amargura. Niños maltratados, la ausencia de un padre o una madre, el abuso de un vecino, un divorcio. Y nos vemos envueltos en interminables secuelas de rencor. Peor aun, repitiendo con nuestros hijos lo que un día de niños también sufrimos. Y digo, sé que olvidar eventos negativos nunca se hace fácil, pero vivir libre de ellos es posible. ¿Cómo romper con ese pasado? ¿Cómo perdonar? Amar. Si, el amor verdadero tiene la respuesta. El más sublime de todos los sentimientos, el mas alto valor que ser humano pueda aspirar; Ese es el antídoto, esa es la medicina para el odio y el rencor. Quien no sabe amar jamás podrá perdonar. La humanidad anda ebria de tanta envidia, egoísmo, orgullo y sobre todo ausencia del perdón. Los religiosos del tiempo de Jesús no entendían el mensaje, no podían comprender que alguien pudiese ser perdonado, especialmente sí ese perdón venia de un mortal. Eso era Cristo para ellos, un mortal... Pero, ¿quien puede perdonar sino aquel lleva a Dios por dentro? Solo aquel que sabe amar a su prójimo dejando atrás las oscuras calles del recuerdo... Volar, echar vuelo de la mano de Cristo es la respuesta en esta jornada que aspiramos un día se llame buena vida. Una vida dispuesta a ser considerada como lo que es; Una gran oportunidad para ser feliz y tener paz. Amar y Perdonar, reglas básicas para la sana convivencia. Todo proceso de sanación interior suplica porque se adhiera el Amor y el perdón a este. ¿Quién puede perdonar los pecados sino Dios? Hace varios meses que me tope con la respuesta. Cristo, él me hizo olvidar mi pasado llevándome a una nueva aurora, él abrió tantas puertas cerradas, levantando banderas por demasiado tiempo bajas. Él multiplicó mis fuerzas y me llevo hasta la otra orilla sano. Levanto mis velas, remó mano a mano conmigo hasta por fin plenamente perdonar. Hoy ese es mi deseo... Si mi amado, mi amada; Ama y perdona. Déjate llevar por el dulce consejo de Jesús y solo ve desde la lejanía aquel pasado que ya no volverá jamás a perseguirte y pintar tu presente de amarga inseguridad. Lo que el ser humano puede hacer si tiene fuego en su corazón no es descriptible. Es tanto lo que podemos alcanzar si nos decidimos hoy por fin a perdonar. Sabes, mientras escribo esta corta reflexión se disparan tantos recuerdos… Dios ha sido mi hermano, El ha sido como un padre que desde lo lejos esperaba mi regreso a casa... Y allí, allí a lo lejos lo vi arrodillado rogándole al Padre por mí... Amemos y perdonemos hoy, igual que Cristo hiciera un día con nosotros. ¡Dios, tú lo eres todo para mí! Desde la cruz exclamaste: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.
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