Sin embargo, la mayoría dijo que lo usaba a máximo volumen y no pensaba modificar ese hábito. Como muchos adolescentes, los estudiantes solían negar los riesgos. La mayoría conocía los peligros generales de escuchar música a alto volumen, pero creía que era "poco vulnerable" a perder la audición, según publicó Journal of Pediatrics.
Por lo tanto, dijo a Reuters Health la coautora Ineke Vogel: "Los padres deben hablar con sus hijos sobre el uso de los reproductores de MP3 y el daño potencial e irreversible que les puede provocar en su capacidad auditiva". Los padres pueden también identificar los signos de alarma, como cuando un hijo se queja de zumbidos en los oídos o que los sonidos están "opacos", indicó Vogel y el coautor Hein Raat, ambos del Centro Médico de la Universidad de Rotterdam.
Sin embargo, según lo registrado en discusiones de grupo, muchos padres no conocen los riesgos auditivos que producen los reproductores de MP3 . De los 73 estudiantes que participaron en el estudio, pocos dijeron que sus padres les habían advertido sobre que usar el volumen muy alto puede dañarles los oídos.
Sería necesario también que los fabricantes de MP3 hagan algunos cambios. Muchos estudiantes dijeron que no sabían definir cuándo el audio de los equipos estaba demasiado alto. El volumen de o por encima de 90 decibeles (dB) es dañino, señaló el equipo, pero debe alcanzar 120 a 140 dB para ser incómodo o causar dolor.
Según los autores, los fabricantes deberían equipar los reproductores de MP3 con un indicador de nivel de volumen en decibeles, junto con una señal, como una luz titilante, que se encienda cuando ese nivel alcance la zona de peligro. Por ahora, el equipo recomienda que, como regla general, los usuarios de MP3 fijen el volumen en no más del 60 por ciento de la capacidad del equipo cuando usan auriculares internos, como los que incluyen los iPod.
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