Luego de la tempestad viene la calma … y la gratitud.
Somos muchos los que agradecemos a Dios por un nuevo día, y en estos días luego de las fuertes lluvias que han dejado tantos afectados en Venezuela, en nuestra vecina Colombia, y en Europa, seguro somos muchos más los que agradecemos tener ese sol que muchas veces habrá pasado desapercibido.
La gratitud nos acerca a Dios. Demos gracias por todo lo que tenemos, por todo lo que nos han dado este año y por todo lo que recibiremos el próximo año para nosotros, nuestros familiares y amigos, nuestros países y por el planeta.
Cuando nos enfocamos en lo que falta, perdemos de vista lo que tenemos para agradecer.
La gratitud nos acerca a Dios. Demos gracias por todo lo que tenemos, por todo lo que nos han dado este año y por todo lo que recibiremos el próximo año para nosotros, nuestros familiares y amigos, nuestros países y por el planeta.
Cuando nos enfocamos en lo que falta, perdemos de vista lo que tenemos para agradecer.
Gracias Padre porque estamos vivos, porque respiramos, pensamos, sentimos. Lo más seguro es que tengamos más que agradecer que lamentar. Tenemos la vida, tenemos a Dios.
Sé que puede haber poco consuelo para las personas que han perdido a un familiar en una tragedia o desastre de la naturaleza, que nos agarra tan desprevenido. A mí me pasó en el deslave de 1999, y encontré consuelo al pensar que mi papá ya había dejado el cuerpo físico y estaba al otro lado de la luz, seguramente con ángeles y con sus maestros espirituales, viendo todo desde una dimensión y comprensión mayor, lleno de AMOR DIVINO. En medio del dolor, yo sabía que él ya estaba bien.
Dios sigue estando allí y ese familiar sigue existiendo, aunque en otro plano. Ese ser que quisimos ya estará en la luz, junto a sus ángeles… habrá seguido su camino en la evolución. El amor por ese ser sigue estando allí, si nos centramos en ese amor, podemos encontrar fortaleza para aceptar que su cuerpo físico no está, pero su SER, alma, espíritu o como quieran llamarlo sigue existiendo, y el mayor regalo que le podemos dar es dejarlos ir a la luz; bendecir a DIOS en él; y decir "gracias Dios, ya está más cerca de ti".
Recuerdo el poema de la madre Teresa del Avila:
"Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta."
Hay personas que no se han animado en estas Navidades por la cantidad de personas afectadas por las lluvias. Es normal que se sienta la tristeza y el deseo de ser solidarios con los otros. Pero con la oración, la gratitud y el amor nos elevamos y podemos contribuir y contagiar a otros de ánimo, esperanzas, fortaleza, confianza. Todo pasa, esto también pasará.
Hay otras "tragedias" grandes y pequeñas que nos afectan de una u otra manera. ¿Qué podemos hacer? ¿Quedarnos en el dolor, la rabia e impotencia? Los invito a que respiremos, oremos, meditemos para elevar nuestras energías y pedir orientación espiritual para que cada quien contribuya a su comunidad, a su país y al planeta de la manera como mejor le corresponda.
Recordemos las palabras mágicas: PERDÓN, AMOR y GRATITUD.
En estas Navidades regala cualquier cosa pero también cosas que no sean materiales: cariño, una palabra de ánimo y confianza, una llamada, una sonrisa, un abrazo…
Seamos voluntarios de la Alegría. Que Dios nos bendiga y nos dé su luz, comprensión y amor para que estemos cada día más conscientes de nosotros mismos, de Dios en nuestra vida, estemos más despiertos como seres espirituales que somos.
¡¡Gracias Padre Celestial
Sé que puede haber poco consuelo para las personas que han perdido a un familiar en una tragedia o desastre de la naturaleza, que nos agarra tan desprevenido. A mí me pasó en el deslave de 1999, y encontré consuelo al pensar que mi papá ya había dejado el cuerpo físico y estaba al otro lado de la luz, seguramente con ángeles y con sus maestros espirituales, viendo todo desde una dimensión y comprensión mayor, lleno de AMOR DIVINO. En medio del dolor, yo sabía que él ya estaba bien.
Dios sigue estando allí y ese familiar sigue existiendo, aunque en otro plano. Ese ser que quisimos ya estará en la luz, junto a sus ángeles… habrá seguido su camino en la evolución. El amor por ese ser sigue estando allí, si nos centramos en ese amor, podemos encontrar fortaleza para aceptar que su cuerpo físico no está, pero su SER, alma, espíritu o como quieran llamarlo sigue existiendo, y el mayor regalo que le podemos dar es dejarlos ir a la luz; bendecir a DIOS en él; y decir "gracias Dios, ya está más cerca de ti".
Recuerdo el poema de la madre Teresa del Avila:
"Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta."
Hay personas que no se han animado en estas Navidades por la cantidad de personas afectadas por las lluvias. Es normal que se sienta la tristeza y el deseo de ser solidarios con los otros. Pero con la oración, la gratitud y el amor nos elevamos y podemos contribuir y contagiar a otros de ánimo, esperanzas, fortaleza, confianza. Todo pasa, esto también pasará.
Hay otras "tragedias" grandes y pequeñas que nos afectan de una u otra manera. ¿Qué podemos hacer? ¿Quedarnos en el dolor, la rabia e impotencia? Los invito a que respiremos, oremos, meditemos para elevar nuestras energías y pedir orientación espiritual para que cada quien contribuya a su comunidad, a su país y al planeta de la manera como mejor le corresponda.
Recordemos las palabras mágicas: PERDÓN, AMOR y GRATITUD.
En estas Navidades regala cualquier cosa pero también cosas que no sean materiales: cariño, una palabra de ánimo y confianza, una llamada, una sonrisa, un abrazo…
Seamos voluntarios de la Alegría. Que Dios nos bendiga y nos dé su luz, comprensión y amor para que estemos cada día más conscientes de nosotros mismos, de Dios en nuestra vida, estemos más despiertos como seres espirituales que somos.
¡¡Gracias Padre Celestial
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