"Mientras tengamos una justificación para abusar de otras personas, para irrespetar el derecho de los demás... seguiremos rodeados de la violencia, el maltrato, la viveza y el abuso que tanto rechazamos"
Hoy podrías salir a la calle con una sonrisa, con una actitud más entusiasta y positiva, dispuesto a utilizar palabras amables para comunicarte y relacionarte con otros, especialmente si son tus personas más queridas. El día de hoy puede ser diferente, si no les permitimos a otros, con su comportamiento equivocado o agresivo, alterar nuestro carácter o hacernos perder la disposición a tener un buen día... Podemos mantener nuestra intención de poner lo mejor de nosotros para recibir lo mejor por parte de la vida.
Cuando nos dejamos llevar por la preocupación, el temor o la tensión que nos producen ciertas situaciones, reaccionamos -sin conciencia de las consecuencias que tendrá lo que dijimos o hicimos-, hiriendo a otras personas y a nosotros mismos.
En diferentes oportunidades te he hablado acerca de la importancia que tiene aprender a bajarle la velocidad a nuestros días, sobre todo si queremos que nuestra vida transcurra con más bienestar y tranquilidad. Pero, para conseguirlo es indispensable que hagamos ciertos cambios en nuestra actitud y estilo de vida. Cuando estamos dispuestos a suavizarnos, a mejorar nuestra actitud, a colocarnos en el lugar de otros, cuando comencemos a tratar a los demás de la misma manera como esperamos que nos traten a nosotros, estaremos sumando nuestro esfuerzo personal al de otros, para convertir este mundo en un mejor lugar.
Mientras tengamos una justificación para abusar de otras personas, para irrespetar el derecho de los demás, para ignorar sus necesidades o su urgencia, para cometer faltas y equivocaciones, pensando que nadie se dará cuenta, seguiremos rodeados de la violencia, el maltrato, la irresponsabilidad, la viveza y el abuso que tanto rechazamos. Es muy importante que tu comportamiento sea coherente con la idea que tienes de cómo debe fluir la vida.
Por eso te sugiero
Pide siempre las cosas por favor. Hazlo, aun cuando consideres que los otros están haciendo su trabajo y reciben un salario por ello. Pide excusas si fuese necesario, especialmente cuando tu comportamiento o actitud afecta tu relación con otras personas.
Toma la iniciativa al momento de hacer algo bien. Deja de esperar a que otros se comporten de la misma manera que tú, o que te acompañen en tu iniciativa. Una vez que comiences, no te detengas por ninguna razón ni siquiera porque otros no te reconozcan o remuneren por lo bueno que estás haciendo.
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