Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo; más, incluso, de lo que llegó a serlo en vida, si se tiene en cuenta que su imagen, en condición de póster y exhibiendo un insólito gesto de burla, se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico, junto a los ídolos de la canción y los astros de Hollywood.
Sin embargo, no son su genio científico ni su talla humana los que mejor lo explican como mito, sino, quizás, el cúmulo de paradojas que encierra su propia biografía, acentuadas con la perspectiva histórica. Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de la bomba»; y todavía es corriente que se le atribuya la demostración del principio de que «todo es relativo» a él, que luchó encarnizadamente contra la posibilidad de que conocer la realidad significara jugar con ella a la gallina ciega.
Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció, junto con su hermano Jakob, como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.
El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, que tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».
Con esta serie de fotos intentaremos ilustrar la trayectoria vital de Einstein y la evolución de sus investigaciones teóricas, así como otros aspectos de su ideario político y social. Considerado como el máximo físico teórico del siglo XX, Einstein es conocido, sobre todo, como creador de la Teoría de la Relatividad. Con solo 42 años fue ya galardonado con el premio Nobel de Física en el año 1921, y siguió siempre entregado tanto al progreso científico como a los ideales humanistas. Haz clic en las miniaturas para ver las fotos ampliadas.
Mal estudiante. Aunque con el tiempo llegaría a ser catedrático universitario, genio de la física y una de las figuras fundamentales del extraordinario progreso científico del siglo XX, el pequeño Einstein no fue un talento precoz, sino más bien lo contrario: un chico tímido de lento desarrollo intelectual. Sus notas no eran precisamente brillantes, como podemos observar en este diploma expedido por la Escuela Cantonal de Aargau (Suiza), donde cursó sus primeros estudios.
Con Mileva. Einstein contrajo dos veces matrimonio. La primera fue en 1903, con Mileva Maric, antigua compañera de estudios en Zurich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y Eduard, nacidos respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y Einstein se casó de nuevo con Elsa, que era una prima suya. En la imagen, Albert Einstein y Mileva Maric.
La Relatividad Especial. Albert Einstein es considerado uno de los mayores científicos de todos los tiempos. Cinco artículos suyos publicados en 1905 fueron trascendentales para el desarrollo de la física e influyeron en el pensamiento occidental en general. Los artículos trataban de la naturaleza de la luz, describían el movimiento molecular e introducían la teoría de la relatividad especial o restringida. Einstein es famoso por replantearse continuamente suposiciones científicas tradicionales y sacar conclusiones sencillas a las que nadie había llegado antes. En la imagen, los Annalen der Physik (Anales de Física) en que se publicaron sus investigaciones.
La Relatividad General. Einstein se reveló como un investigador de gran lucidez, dotado de una gran intuición científica. Propuso diversas teorías acerca de la estructura del universo que causaron polémica en el momento en que fueron expuestas, pero que en muchas ocasiones fueron comprobadas experimentalmente. Particularmente célebre fue su teoría general de la relatividad, en la que proponía un modelo gravitacional concerniente a un universo de cuatro dimensiones, curvo y finito, y que dio origen a la cosmología moderna. Esta teoría, hecha pública en 1916, fue verificada empíricamente tres años más tarde por el astrofísico Arthur Stanley Eddington, quien observó, en el golfo de Guinea, la curvatura de los rayos luminosos que rozan el borde de la Luna al producirse un eclipse solar. En la imagen, un Einstein de aire docente trabajando en la pizarra. La famosa afirmación apócrifa de que sólo había 10 personas en el mundo que entendieran la teoría de Einstein se refería al complicado álgebra tensorial y a la geometría riemanniana de la relatividad general; en cambio, cualquier estudiante de cálculo elemental puede comprender la relatividad especial.
Pacifista y sionista. Durante la Segunda Guerra Mundial utilizó su prestigio para urgir al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a que acelerase los trabajos de construcción de la bomba atómica, pensando en la necesidad de detener el avance del nazismo. Sin embargo, Einstein fue un pacifista militante que se manifestó en repetidas ocasiones contra la irracionalidad de la guerra. Tras haber impulsado en vano proyectos de control internacional de la energía nuclear, preconizó el establecimiento de un gobierno mundial. Poco antes de morir firmó un manifiesto contra la carrera armamentista, promovido por el filósofo británico Bertrand Russell. También es conocida su defensa del sionismo. En la imagen lo vemos con David Ben-Gurión, el creador del nuevo estado de Israel surgido tras la Segunda Guerra Mundial.
Ciudadano del mundo. En su huida de la Alemania Nazi, debido a su origen judío, Einstein peregrinó por diversos países europeos hasta recalar en los Estados Unidos, donde fue acogido con entusiasmo. Después de la guerra, Einstein se convirtió en activista del desarme internacional y del gobierno mundial, y siguió contribuyendo a la causa del sionismo, pero declinó una oferta de los líderes del Estado de Israel para ocupar el cargo de presidente. A finales de la década de 1940 y principios de la de 1950, defendió en Estados Unidos la necesidad de que los intelectuales del país hicieran todo lo posible para mantener la libertad política. Los esfuerzos de Einstein en apoyo de causas sociales fueron a menudo percibidos como poco realistas. A pesar de estas actividades, la ciencia siempre ocupó el primer lugar en su vida, pues, como solía decir, sólo el descubrimiento de la naturaleza del Universo tiene un sentido duradero. En la fotografía, pasaporte de un joven Einstein.
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