La vida está ocurriendo en este momento. Pero muchas personas eligen pensar en el pasado como
si pudieran cambiar esa parte
de su historia... o piensan todo
lo terrible que puede sucederles
en el futuro"
Todas las mañanas, las noticias hablan de violencia en el mundo, de las guerras entre países, de ataques terroristas, de refugiados, de desplazados… Sólo nos quejamos de la violencia con la que actúan los demás... ¿Y nosotros?
Es sorprendente sentir el nivel de agresividad que hay en la calle, especialmente en el tránsito y en los espacios públicos. Cada día más, el estrés y la tensión con la que viven la mayoría de las personas se convierten en la causa de su reacción agresiva hacia otros.
La ira puede llegar a ser una de las emociones más destructivas que experimentemos, sobre todo, cuando al dejarnos llevar por ella, perdemos el control
y el sentido común para terminar reaccionando de la misma manera que lo hacen aquellos a los que juzgamos y criticamos por su terrible comportamiento.
No es sencillo actuar con equilibrio mientras nos sentimos víctimas del irrespeto, la viveza, la indolencia o la violencia de otros, pues lo más sencillo es responderles con la misma actitud, mostrándoles que podemos ser todavía más agresivos que ellos, como si de esta manera pudiéramos hacerles cambiar su forma de pensar y de actuar. No es con violencia como podemos recuperar la paz, la justicia y la equidad.
Es viviendo la diferencia; es decir, actuando de la misma manera como deseamos que lo hagan los demás, como podremos transformar la conciencia colectiva.
Todos queremos que el mundo, en especial nuestro entorno inmediato, se convierta en un lugar más agradable para vivir, donde la convivencia y la relación con otras personas sea una experiencia reconfortante y satisfactoria, porque podamos relacionarnos con gentileza, tolerancia y respeto hacia nuestras diferencias.
Para que el mundo se convierta en un lugar más pacífico debemos comenzar por generar la paz dentro de cada uno de nosotros. Sólo así podremos compartir nuestra paz con los demás, a través de nuestra actitud, comentarios, elecciones y acciones. Dejemos de ver en otros el comportamiento inadecuado, y comencemos a observarnos a nosotros mismos para reconocer la cara que, en verdad, le estamos dando al mundo.
¿Hasta cuándo esperaremos a que los demás cambien su comportamiento y actitud para entonces actuar como sabemos que tenemos que hacerlo? Dejemos de justificar nuestra violencia, nuestra viveza y seamos coherentes. Somos tontos cuando sabemos que otros toman beneficio de nosotros sin que hagamos algo para evitarlo, por temor a su rechazo o reacción. Pero somos sabios cuando actuamos con conciencia, respeto y compromiso hacia nosotros mismos, los demás y el mundo, aun cuando ellos piensen que toman algún tipo de ventaja de nosotros.
Comienza por tomar distancia de cada situación difícil que enfrentes y usa el buen humor y la asertividad para superarla. Escucha y reconoce el tono emocional y las palabras que utilizas para expresarte cuando estás afectado, cambia tu comportamiento. Deja de buscar culpables y asume tu responsabilidad en la situación. Mira de frente a tu ira, acepta que se encuentra dentro de ti, busca sus raíces en tu pasado afectivo, perdona y sana emocionalmente. El mejor remedio contra la violencia es la tolerancia, el diálogo, y la actuación consciente.
Decide sembrar semillas de paz en tu interior y en el mundo.
"si eres de las personas que con frecuencia discuten con su pareja,
te sugiero que, de vez en cuando, pruebes compartir la razón con
ella ".
Abrazar a tus hijos
Muchas veces el exceso de trabajo, las responsabilidades y los compromisos hacen que olvidemos la importancia que tiene para nuestros hijos una caricia. Abrázalos y diles alguna frase cariñosa que los haga sentir queridos e importantes, hazlo con mucha frecuencia. Recuerda que el amor alimenta el alma, y es un ingrediente indispensable para que crezcan y se desarrollen equilibradamente.
Leer un buen libro
Busca ese libro que adquiriste hace mucho tiempo y que seguramente dejaste olvidado, esperando tener el momento libre para volver a hojearlo. Ábrelo y léelo con atención, subrayando las ideas o las frases que te enseñen o recuerden algo que sirva para suavizar o enriquecer tu vida personal. Conviértelo en un buen compañero para la vida. Recuerda que cuando estamos atentos, podemos encontrar en algunos de ellos el maestro que necesitábamos.
Acompañar a alguien que lo necesite
Seguramente sabes al menos de una persona conocida o amiga que esté atravesando por un momento de soledad o dificultad, anímate a acompañarla, y exprésale tu deseo de apoyarla. El beneficio de hacerlo será instantáneo, porque estoy segura de que te sentirás contento y muy satisfecho. Es importante convertir nuestra iniciativa en una acción concreta y positiva, para que no se quede como uno más de los buenos deseos que hemos tenido, guardado dentro de nosotros.
Darle la razón a tu pareja
Si eres de las personas que frecuentemente discuten con su pareja, tratando de demostrar que tienen la razón o la última información acerca de un tema o de una situación, te sugiero que de vez en cuando pruebes compartir la razón con tu pareja, decir frases como: "sabes que… tal vez tengas razón", "no había pensado en eso", "voy a reflexionar en lo que dices y después te cuento", "sí, me parece interesante, gracias por decírmelo". Todas ellas pueden ser comentarios que suavicen la conversación y le den cabida, con sus puntos de vista diferentes, a esa persona en tu vida.
Afrontar un miedo
Yo sé que estás consciente de ese temor que de vez en cuando aparece y te paraliza o te hace actuar equivocadamente. Vale la pena que cuando te sientas tranquilo y hasta relajado lo recuerdes y busques las herramientas que te ayuden a superarlo. No te dejes arrinconar por los miedos que muchas veces existen sólo en tu mente. Ten el valor de afrontarlos y vencerlos con la confianza de estar preparado para lograrlo.
Reconcíliate con una persona querida
¿Cuánto tiempo ha pasado desde que tuviste una discusión o un desacuerdo con alguien querido? Tal vez has dejado pasar el tiempo pensando que de esta manera se solucionaría solo; pero lo cierto es que mientras más tiempo pasa sin que hagas algo al respecto, más difícil se torna resolverlo. Necesitas realizar una acción concreta para acercarte a esa persona, pedirle disculpas o decirle algo que les permita quitar las barreras que los han mantenido separados por tanto tiempo. El cariño, cuando es verdadero, vale la pena rescatarlo y mantenerlo.
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