En la víspera del Día de los enamorados la nostalgia invita a recordar a aquellas parejas que ya llevan más de treinta años de historia común y no precisamente porque se hayan mantenido al margen de los problemas que afligen a todo mortal. ¿Será acaso que el amor sólo perdura en el mundo de la ficción?
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| LA ETERNA ENAMORADA |
Candy Candy es, sin duda, el cómic romántico por excelencia; creado por Yumiko Igarashi y Man Izawa en 1976. La historia de una niña huérfana, cuya vida está signada por la tragedia y los desencuentros amorosos, parece—más que una serie infantil— la copia del guión de la telenovela más truculenta que jamás se haya escrito. Candy será recordada como una joven ingenua, tierna y sacrificada, pero, sobre todo, como la más enamoradiza y sufrida en la historia de los dibujos animados. |
| CORAZON SALVAJE |
Homero y Marjorie —mejor conocida como Marge— son el centro de esta particular unión. Ambos están en sus treintas pero son completamente opuestos. El es un irresponsable inspector de seguridad de una central nuclear, carente de modales y dotado de una personalidad infantil y burlesca, sin contar con que es un flojo que se pasa el día entero entre golosinas y latas de cerveza. Ella, por su parte, es la más paciente de la familia, la única que cuenta con un carácter apacible y una sangre lo suficientemente fría como para no molestarse ante las insólitas torpezas de su marido. Que ambos sigan juntos es todo un misterio, pues —apartando sus cálidos encuentros nocturnos— no tienen prácticamente ningún interés en común. Mientras hay quienes no logran explicarse cómo fue que Marge decidió casarse con un troglodita como Homero, muchos de sus fanáticos afirman que son la verdadera prueba de que el amor todo lo puede. |
No es raro escuchar al temperamental Pedro Picapiedra presionando a su esposa porque la comida no está puntualmente colocada en la mesa —¡Vilma! ¡Apúrate con esas costillas de brontosaurio!—, tampoco es de extrañar que se pase un domingo entero en el jardín preparando una barbacoa con el “Enano” (Pablo), y ni siquiera sorprende su capacidad para olvidarlo todo, desde fechas de aniversarios y cumple años hasta las instrucciones para la compra en el supermercado. Pero más allá de sus torpezas, de su terrible falta de modales y de sus disparatadas ocurrencias, Pedro es un esposo fiel y dedicado, que pocas veces puede negarse a las peticiones de Vilma o de la pequeña Pebbles.
Súper es un empleado de una fábrica de cohetes, pero más allá de eso es un hombre increíblemente flexible, que no tiene reparo a la hora de complacer a su familia con todo lo necesario para vivir cómodamente. Ultra, por su parte, es una ama de casa que invierte su tiempo entre darle órdenes a Robotina —una robot que hace las veces de mucama— y salir de compras con su hija adolescente, Lucero. Ambos están completamente enamorados y sólo se les ve discutir en ocasiones extremas, en las que Ultra critica a Súper por ser extremadamente despistado y por carecer de deseos de superación profesional o él juzga el despilfarro excesivo de su esposa. En todo caso, los defectos parecen equipararse con las virtudes: no hay hombre que se le resista a una fémina capaz de mantener una casa en orden, sobre todo si en ella viven dos mascotas traviesas, un pequeño aventurero y una adolescente enamoradiza; y, por otra parte, qué mujer puede rechazar a un esposo que ante cualquier petición —por más caprichosa que suene— tenga el don de borrar toda negativa de su vocabulario. Sin duda, llegar a los 40 años de casados y sólo contar con este tipo de problemas es el sueño de muchos románticos de este y cualquier otro siglo.
a millón
siete mares. Este clásico personaje de los dibujos animados, creado en 1929 por el estadounidense Elzie Segar, es la versión caricaturesca de un lobo de mar: feo, bajito, tuerto, calvo, maleducado y pendenciero. Sin embargo, su personalidad bonachona y a ratos ingenua logró ganarse el afecto de muchos fanáticos y, por supuesto, de su amada Oliva, la mujer que lo ha acompañado durante 77 años, una cifra que realmente sorprende si se toma en cuenta que “Ojo saltón” —como se llamaría de traducirse su nombre al español— es todo lo opuesto a los héroes de las comiquitas de los años treinta, figuras que destacaban por su atractivo físico, sus buenos modales y su pausado actuar.
Mickey y Minnie, conforman una pareja casi épica que tiene más de 78 años de historia en común, llena —como es de esperarse— de altos y bajos, pero que siempre termina con un final feliz. Juntos han vivido las situaciones más inverosímiles en ambientes tan diferentes como la proa de un barco, el ala de un avión, una taberna del lejano oeste e, incluso, un cohete espacial.
Aunque sólo tienen 19 años juntos, los Simpson marcaron pauta en el mundo de los dibujos animados y siempre serán recordados como una de las parejas más disparatadas de la historia. Creados en 1987 como parte del programa The Tracey Ullman Show, han adquirido fama debido a las exageradas situaciones que deben afrontar en su cotidianidad, marcada por la crianza de sus tres particulares hijos: Bart, un niño cuyo único fin es generar caos a su alrededor; Lisa, una preadolescente muy inteligente pero con profundos conflictos emocionales, y Maggie, una bebita curiosa y osada.
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